A REVIEW OF VIERA VIDENTE

A Review Of viera vidente

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De ahí que la suprema apetencia del hombre consista en descubrir ese mundo de la totalidad, esa plenitud de la existencia desnuda, en que la conciencia modificada­ intuye oscuramente “que Todo está en Todo y­ que Todo es realmente cada cosa”.

Su técnica de acceso consiste en elevar el potencial de las fuerzas contrarias. De la indagación sistemática a la desesperada reducción del pensamiento discursivo, Daumal, como el adepto zenista, rompe las ligaduras que condicionan a su psique y destruye los marcos del Yang y el Yin en una dura ascesis de imprevisibles consecuencias.

Los poetas siempre han intuido ese universo total de coexistencias y se han rebelado contra las causas que impiden al hombre su verdadera plenitud. Rimbaud afirma que “nuestra pálida razón nos oculta el infinito” y William Blake escribe:

La weltanschauung romántica de clara procedencia oriental que impregna a la doctrina surrealista, se agudiza en Daumal. Como antes en Novalis, surge la voluntad de transfigurar la vida, hic et nunc, y acceder a lo genuine colocando al hombre por encima de los sentidos.

La antigua notion de que el hombre refleja y contiene el universo, de que es un ser compuesto que participa en todos los niveles de la procesión divina, que reviviera Plotino y que Boheme tomara de los cabalistas, cobró essential importancia en la filosofía romántica. La concepción orgánica de la naturaleza extendió esta doctrina a todos los objetos que componen el mundo, y al insistir en la diversidad infinita y en la unidad esencial del universo, postuló la gran ley de las correspondencias,­ según la cual, el microcosmos y el macrocosmos se relacionan y se enlazan por analogías de orden­ cualitativo sólo aprehensibles por la intuición, capaces de conciliar lo múltiple y lo Uno.

El surrealismo, como actitud de rebelión contra los condicionamientos que cercan al hombre en su interior y exterior, y como impulso para superar el nivel ordinario de conciencia y trascender, se inscribe en la vasta empresa personal y colectiva, que en todas las épocas pugna por hallar el sendero que conduce al conocimiento metafísico, es decir, a la comprensión y a la experiencia inmediata de la Realidad última, que es fundamento y causa del universo y principio y sentido de la vida humana.

Al transcribirlos, los poetas surrealistas se proponen ampliar los límites de su conciencia, creando nuevas concepciones y liberando­ al pensamiento de las acostumbradas cate­gorías de percepción en el espacio y el tiempo. Actúan­ con la secreta esperanza de captar fragmentos del universo serious y superar las antinomias de “la vigilia y el sueño, lo objetivo y lo subjetivo, la percepción y la representación, el pasado y el futuro, e inclusive la vida y la muerte”.

Los hechos ejemplares se incorporan a la memoria popular que recrea las antiguas tradiciones y revive el pasado en un lenguaje significativo.

Más allá de la conciencia habitual, a la que Maeterlinck denomina conciencia pasional o conciencia de las relaciones de primer grado, el hombre –mediante psicotécnicas diversas– puede acceder a un reino de sabiduría espiritual. Su psique, autolimitada en términos de dualidad, posee la facultad de liberarse de la tensión de los opuestos y gravitar en torno de un eje de polarización trascendente, para luego remontarse en un itinerario ascensional hacia cierto punto del espíritu (el punto supremo de Breton, el punto fosforoso de Artaud) donde la luz y las tinieblas nacen una de otra y la dualidad se resorbe en la experiencia Una de lo intemporal.

La puerta es estrecha y angosto el ca-mino que conduce a la visit vida, y pocos son los que lo encuentran.

Como el shamán, el poeta es también en alguna medida el “hombre diferente”, que crea sobre la fugacidad­ y reactualiza el sentido profundo de su ser, mediante palabras que describen vivencias y contenidos cognoscitivos que in illo tempore posibilitan la aprehensión de lo serious.

Estos versos de Rilke, del Libro de la Peregrinación, revelan su esfuerzo permanente por asediar la fuente intemporal del Ser mediante la experiencia poética. Su obra, vivida en función de un indeclinable sentimiento de cautividad, de ausencia y de búsqueda de Dios, fue un largo proceso de muerte y resurrección,­ un puente para superar la pluralidad de las formas y despertar a un nivel de conciencia cualitativamente distinta. Para él, el “estado poético” fue ante todo contemplación y videncia; un estado de transparencia apto para intuir lo invisible y revelar ese centro absoluto situado más allá de la frontera del dualismo. Convencido de que existe un “mundo abierto”, una realidad distinta de la que revela la percepción ordinaria, se impuso la ardua tarea de despertar de los sentidos alternando dentro de sí las causas que engendran la visión fragmentada. Como los románticos, confessía que la “vida oscura” se encuentra en incesante comunicación con esa otra realidad más vasta, anterior y exceptional a la vida personal.

Sin embargo, ese hombre de las sociedades arcaicas, víctima de la degradación temporal, enfrentado a un mundo pleno de hostilidad, encuentra en el mito no sólo la narración de sucesos extraordinarios ocurridos in illo tempore sino una forma segura de instalarse en lo authentic y reintegrarse en el universo. Actúa como restaurador del equilibrio perdido y constituye –para el hombre tradicional– la única revelación vá­lida de la realidad.

De ahí que forjara a la literatura como instrumento válido de búsqueda, especialmente si la obra literaria se concibe en un estado en que la vigilia y el sueño se tornan porosos y ambos planos se interpenetran y confunden.

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